domingo, 28 de octubre de 2007

Todo Javier Prado

Debí haber comprado un par de puchos, ahora estoy un poco intranquilo. No hace tanto frío como otras noches, usaría solo una camisa, pero estoy bien. Parece que el micro se demorará otro poco, ya me quiero ir. Dónde venderán puchos.
Se acerca un skinhead, felizmente estoy en Perú en otro país este pelado con botas me hubiera golpeado y ya estaría cagado de miedo. Creo que debo hacer ejercicios.
Pasó un micro y me subí. La ventana estaba rota y habían pegado cinta aislante en los bordes para que nadie se corte. Hacía un frío de la puta madre, felizmente estoy con camisa y casaca, pensé.
El cobrador me pide el pasaje justo cuando pasábamos por Arriola. No pude contar cuantos travestís estaban trabajando hoy, me imagino unos 6, a esta hora ya todos deben estar camino a un telo o dentro de uno de los taxis que andan por ahí.
Me cae todo el aire de la ventana rota y me dan ganas de un pucho, dónde venderán puchos a esta hora. Ya en la Arequipa se baja un tío y cambio de asiento rápido, estoy un poco incómodo, pero ya no muero de frío. Sube un pata.

- ¡Chuki! (el skinhead bamba)

- Estás pelado, no te vi. Vamos atrás.

Este pata apesta a maricuchita, su olor invade el bus y llena a todos de una sensación extraña, nuestra respiración es más rápida, nuestras manos sudan un poco. Maldita sea. Soy el dengue con patas.
Ya son la 1am y no creo que encuentre puchos. Hubiera bajado en el grifo, pero me dio flojera caminar.

- Baja esquina que viene.

¿Viene? En verdad yo estoy yendo, todo el micro va.

JAAJ

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