Recuerdo muy bien esa noche, eramos como dos niños enamorados. Abrazados observabamos a nuestros distraídos amigos, soñando con la soledad de una habitación. Sentir tu cuerpo junto al mio siempre me hace sentir bien; la fragancia que brota de tu cuello me provoca y elimina toda muestra de pudor.
Cuando ya no estabas y yo caminaba por las calles barranquinas, temblando de frío, temblando de amor; pensé en cómo alcanzarte, buscarte y entregarme a tu vida. Por eso no pude creerlo al recibir esa llamada, llorabas de alegría y de tu voz temblorosa escapaban palabras antes pronunciadas; pero jamás escuchadas con tanta emoción. Todo mi yo había escapado, volado, explotado; y tú, lejana, recibías toda mi vida, quizás sin saberlo.
No comprendo, tanta vida compartida y hoy no me acompaña ni mi sombra. La oscuridad lleno cada rincón de este cuarto y tú, lejana, sonries para otros soles, aunque la luz de estos no te llene el alma. En mi oscuridad te llamo, te grito, te odio, te mato y entre todos mis pensamientos, no hay uno más fuerte que el “te amo”. Alguna vez leí en un libro ya olvidado: “Fe es creer en algo cuando la razón te dice todo lo contrario”. Pues tengo fe en nosotros dos.
Espero poder encontrarte, espero que me estés buscando, el amor que sentimos no se ha perdido, no se ha olvidado. Recuerda esa noche en que nos encontramos y lloramos como dos niños enamorados; recuerda esa vida que tuvimos y que creímos que nunca olvidaríamos; recuerda a este pobre niño enamorado que sueña con tulipanes blancos en la cama y una vida llena de películas a color.
Juja.
1 comentario:
creo que debe cambiar el nombre
lo cambiaré U_U
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